Recomendación de Baseform: Evita reutilizar los ID de tuberías en tu GIS

Puede tener efectos desastrosos cuando se intenta aprovechar las capacidades predictivas modernas.

Una práctica bastante común en la gestión del GIS de las redes de agua es conservar el mismo identificador (ID) de una tubería cuando se reemplaza o renueva, eliminando la tubería más antigua de la base de datos. Esta metodología parece lógica a simple vista y funciona sin problemas para la gestión directa de GIS. Sin embargo, la conservación del ID de tubería tras su reemplazo o renovación tiene un efecto negativo y genera confusión cuando se aplican las herramientas predictivas modernas, ya sea IA o de otro tipo, para inferir el deterioro de las tuberías y las tasas de rotura. Además de perder un valioso registro de tubería, el principal problema en estos casos es que al nuevo tramo de tubería, que tiene el mismo ID que la que fue reemplazada, se le atribuye todo el historial de reparaciones del tramo antiguo, tal como se registró en las órdenes de trabajo o en el sistema de mantenimiento. Como consecuencia, se originan predicciones de fallos inexactas y se generan grupos de órdenes de trabajo que, de manera ilógica datan de fechas anteriores a la instalación de la tubería, perdiendo información muy valiosa sobre las tuberías más antiguas.

Afortunadamente, las redes de agua no suelen tener un número de fallos elevado, lo cual implica que habitualmente el número de registros disponibles de rotura de tuberías no es elevado. Si analizamos en profundidad las bases de datos de gestión de redes de agua, nos encontraremos con un escenario habitual: las fechas de instalación de tubería suelen ser incorrectas o ni siquiera están registradas en el GIS, lo cual incrementa la incertidumbre en la predicción de fallos basada en históricos de incidencias. Además, es muy probable que el evento de renovación no se haya registrado en la base de datos como una orden de trabajo o no esté adecuadamente documentado para ser identificado por el modelo predictivo. Como consecuencia, en los casos en que una orden de trabajo es anterior a la fecha de instalación de la tubería, es difícil averiguar la causa de la confusión – si se trata de datos incorrectos, o bien de una tubería nueva que conserva un ID anterior. Nuestra recomendación es que a la nueva tubería siempre se le asigne un nuevo ID, conservando el tramo de tubería obsoleto en la base de datos GIS, de forma que sea posible alimentar el modelo predictivo con el historial de reparación y reemplazo de la tubería antigua. La capacidad de predecir la tasa de rotura de las tuberías y su vida útil con un mayor grado de fiabilidad conduce, sin duda, a una mejora en la planificación y a una reducción de costes. Se trata simplemente de detalles simples, fáciles de implementar y que aportan un gran valor en la gestión de activos.

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